“Nuestra poética editorial se basa en la investigación sobre el lenguaje”. Por A. Tanarro en 'Publishers Weekly'

12.09.2023

“Nuestra poética editorial se basa en la investigación sobre el lenguaje”. Por A. Tanarro en 'Publishers Weekly'

Publicado en PUBLISHERS WEEKLY

Carlos Rod, editor de La uÑa RoTa:

“Nuestra poética editorial se basa en la investigación sobre el lenguaje”

 

El sello cumplirá en septiembre 27 años, fiel a su exigente proyecto cultural”

 

Por Angélica Tanarro 

 

La sede de la editorial La Uña Rota en Segovia está llena de cajas de embalar cuando entramos para realizar este reportaje. Carlos Rod, uno de los responsables, está preparando su presencia en el certamen Oh Poetry! Fest en Albacete, una de las ferias a las que acuden habitualmente. El próximo mes de septiembre este sello –que desde el inicio apostó por el riesgo, no como un objetivo sino como una manera de dejar en el mercado aquellos textos que a sus promotores les parecía necesario aportar– cumplirá 27 años. Probablemente una larga vida que ni el citado editor ni el resto del primer equipo (Rodrigo González, Mario Pedrazuela y Arcadio Mardomingo) imaginaban en esos principios. Pero la audacia en la elección de textos no está reñida con la prudencia a la hora de saber muy bien que su proyecto se mueve desde los márgenes del negocio de la edición. En esa combinación se han hecho un prestigio como una editorial cuyo interés cultural está por encima de otras consideraciones.

“Siempre hemos ido poco a poco –afirma Carlos Rod, que junto a Arcadio Mardomingo conforman el actual equipo–. De hecho, en estos 27 años hemos publicado 140 títulos. No salen ni a diez por año, aunque en estos últimos años hemos subido el ritmo y ahora llegamos a unos quince. Hemos aprendido y crecido con los años. Hemos asistido en este tiempo a la eclosión del mercado editorial observándolo siempre desde el margen y hemos ido avanzando hacia un lugar más central del mercado sin llegar al núcleo, teniendo muy claro que una cosa es editar para el mercado y otra en el mercado. Nosotros editamos en el mercado y ahí algunos libros funcionan y otros no”.

Aunque no les gusta hablar de géneros y, de hecho, muchos de los libros de su catálogo se mueven en un terreno fronterizo, el teatro fue desde el principio una de sus líneas de edición. “El teatro no genera riqueza, no genera ventas masivas, pero sabemos que hay un grupo de gente, que no es poca, a la que le gusta leer teatro. Y llevamos años trabajando la promoción del libro de teatro, por llamarlo así también, porque al final es literatura, son textos de ficción que antes o después se han montado en el escenario… Lo que hacemos es difundirlos al máximo posible para que los interesados se enteren de que están ahí, pero ha sido un trabajo de ir a librerías durante muchos años para convencerlas de que el teatro se puede vender, se puede leer, que no tiene por qué ocupar ese rincón casi inaccesible para el lector. Y muchas librerías nos han acompañado en esto, hemos conseguido cómplices”.

Títulos referentes

En este capítulo las cosas no les han ido mal. Cenizas escogidas que recoge la obra del autor argentino Rodrigo García desde 1986 al 2009, año de su primera edición, marca según ellos mismos un antes y un después en la trayectoria de la editorial. Actualmente va por la quinta edición. Otra de sus autoras fetiche, la dramaturga y poeta Angélica Liddell, de la que ya han publicado trece títulos entre poesía y drama, obtuvo en 2012 el Premio Nacional de Literatura Dramática por La casa de la fuerza, aparecida en este sello. Pero, sin duda, el autor que les ha dado mayor visibilidad ha sido Juan Mayorga, premio Nacional de Teatro y de Literatura Dramática, miembro de la RAE y premio Princesa de Asturias de las Letras, cuya obra empezaron a publicar en 2014. Ese año aparece Teatro 1989-2014, con veinte textos del autor de Reikiavik, desde los más antiguos, algunos inencontrables, hasta otros recientes, entre ellos tres inéditos. Después han publicado otros doce títulos de este autor, uno de los cuales Himmelweg está acompañado (una práctica habitual de la editorial) por un ensayo de Reyes Mate. 

En relación con lo que significa publicar textos teatrales, Rod destaca el papel de los libros en el hecho de que el premio Princesa de Asturias para Mayorga no haya sido en el apartado de las Artes sino en el de las Letras. 

La política de la sintaxis

La poesía es otro de los grandes pilares de La Uña Rota. Pero también aquí se impone una matización: “Publicamos poesía sí, pero qué tipo de poesía publicamos: esa es la cuestión.  Empezamos publicando este género, pero luego lo dejamos porque yo no encontraba la línea poética que quería para esa colección y con el tiempo hemos encontrado un tipo de poesía que tiene que ver mucho con el lenguaje que es la que me interesa a mí y donde entran autoras como Ángela Segovia, Luz Pichel, María Salgado…  gracias a esa línea hemos podido publicar el libro póstumo de Guadalupe Grande, Jarrón y tempestad. De repente, Guadalupe Grande empezó a dialogar con Ángela, con Luz, y su libro está contaminado en el mejor sentido de la palabra con esos poemarios. 

El caso de Ángela Segovia es paradigmático. Aunque al editor no le gusta hablar en estos términos, se puede decir que fue un descubrimiento de La Uña Rota. Su libro La curva se volvió barricada obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández y a partir de ahí se hizo un hueco importante en el panorama de la poesía nacional. 

“Yo creo que hay autores que también descubren editoriales –afirma Rod–. El proceso puede ser inverso. Nosotros hemos crecido con ella y espero que ella haya crecido con nosotros. Somos una editorial de compañía, acompañamos a los autores en su trayectoria, en su búsqueda, en los libros que vayan pensando y publicando. Por eso me gusta hablar de poética editorial porque son sus textos los que conforman la poética de la editorial. Si te fijas en nuestro catálogo de poetas no hay muchos, quizá no llegan a diez. Y de teatro… quizá tampoco llegan a diez los españoles. Somos selectivos. No nos queda otra porque publicamos quince libros al año. Solo publicando los autores que tenemos ya haríamos la mitad de esos quince. En teatro cuando uno de nuestros autores estrena procuramos que el texto salga a la vez para hacer ver a los espectadores que ese texto se puede leer y después de la puesta en escena hacer una lectura personal… Tenemos que cuidar mucho a los autores que han decidido publicar con nosotros y que nosotros hemos decidido publicar y por eso buscamos que detrás de una obra haya un concepto, algo que nos indique que queremos ver lo siguiente que haga ese autor. Porque puede haber un acierto puntual pero no una búsqueda. Más allá de que luego el libro vaya bien o mal”.

Rasgo y lenguaje

Si se le pregunta cuál sería el rasgo principal de esa poética editorial, lo tiene claro. “El lenguaje. Estamos de acuerdo con Damián Tabarovsky cuando dijo que ‘lo que vuelve política una obra nunca es su tema sino su sintaxis’. Para mí un libro político no es el que habla de política o de ideología, para mí la tensión política está en cómo el autor o autora manejan la sintaxis, en la manera que buscan formas de expresión de alguna forma inéditas o cómo retuercen el lenguaje. Porque el lenguaje aúna forma y contenido. Su forma es su contenido. A lo mejor está todo inventado pero el lenguaje da para mucho: y hay autores que son conscientes de que el lenguaje es también un espacio de combate. De la pelea entre tradiciones surge una tensión que genera algo nuevo. En teatro comenzamos con autores rompedores con ciertas tradiciones, como Rodrigo García o Angélica Liddell, en la línea de lo que hay quien lama "teatro no dramático"; ahí, por ejemplo entraría Pablo Gisbert (de El Conde de Torrefiel). Cuando entró Juan Mayorga entró un teatro de diálogos, más centrado en los conflictos, donde también estarían Paco Becerra, Pablo Remón. Lucía Carballal… Ambas líneas se van combinando e incluso contaminando, porque autores como María Velasco o Tim Crouch ocuparían un espacio intermedio. Qué sé yo”. 

Esa indefinición en los géneros, ese gusto por lo fronterizo se transfiere a las colecciones que en este momento siguen vivas en la editorial: Libros inútiles, Libros robados, Libros del apuntador, Microrroturas y, las más reciente, Libros que ni pintados, dedicada a los libros ilustrados.

“Yo sé que nuestras colecciones dan más de un dolor de cabeza a los libreros, a algunos lectores o incluso a los distribuidores que no saben muy bien dónde colocarlos [risas]. Son colecciones conceptuales. Digamos que no hemos hecho una colección de poesía o de teatro o de ensayo o de ilustrados. Nunca. Incluso te diría que yo mismo dudo en ocasiones dónde va estar un libro. A mí me gusta mucho la indefinición en la literatura. En Libros inútiles entra la poesía, pero también otros géneros, ahí está la poesía de Ángela Segovia pero también su primera novela, ¿podría estar en otra colección? Pues no lo sé porque como no publicamos novela [más risas] Quizá tengamos una cuando encuentre la línea de novela que nos guste publicar”.

Autores extranjeros

Por lo que se refiere a autores extranjeros, la línea editorial “muy exigente, quizá demasiado” plantea que no se hayan publicado nunca en España. Aquí encontramos textos de Brecht, de Rober Walser, de Melville, las cartas de Proust… “los autores que nos han formado como lectores”. Algunos títulos se convirtieron en una aventura por la curiosa historia que tienen detrás, como cuando quisieron publicar un texto de Geoges Perec, para acompañar a su obra dramática El aumento. El traductor, Pablo Moíño, tenía noticias de un artículo largo que el autor de La vida, instrucciones de uso había publicado en una revista para acompañar al texto dramático. Estaba completamente perdido, tanto que ni lo conocían los detentadores de los derechos de autor del escritor. Tuvieron que esperar dos años para publicarlo para que saliera antes en Francia donde fue libro del año. “Aquí pasó mucho más desapercibido”.

Y ¿qué hay del futuro: Lo miran con la misma tranquilidad con la que han llegado hasta aquí. “Más que una editorial independiente, nos gusta decir que somos una editorial precaria, proletaria”. La clave es no perder de vista dónde están y cómo se mueve el mercado: “Al final, todo tiene que ver con el dinero. Ahora se habla mucho de editoriales y su glamour y lo que significa publicar, pero nunca he entendido por qué ahora todo hijo de persona con dinero quiere ser editor, antes quería tener un grupo de rock, ahora una editorial. No entiendo a partir de qué momento una editorial se ha convertido en una cosa glamurosa. Quizá sea un punto de vista marxista, pero yo entro en una librería y pienso hasta qué punto nuestra editorial da de comer a esa librería. Y sabemos que no damos de comer a muchas librerías [risas] y bajo esa perspectiva entiendes que haya best sellers en el escaparate, que se den prioridad a otros títulos. Pero si, al mismo tiempo, veo que están nuestros libros ahí entiendo que apoyan nuestra iniciativa, nuestra poética. Saben que no pueden vivir de nuestros libros pero sí quizá de los de Isabel Allende o Pérez Reverte o de J. K Rowling. Tenemos que asumir que nuestra editorial, a nuestro pesar, tenga un punto delicatessen para algunas librerías. También sé que hay librerías que aman nuestros libros. Pero ¿pueden vivir de ellos? Tenemos que tener claro dónde estamos, y eso te da tranquilidad”.

 En ese futuro más o menos cercanos, los seguidores del sello se volverán a encontrar con la obra de Kate Zambreno, una de las autoras de reciente incorporación a la editorial. Su libro Mi libro madre, mi libro monstruo tuvo bastante repercusión. Ahora publicarán Derivas. También incorporarán a la autora india afincada en Inglaterra Bhanu Kapil con el poemario Cómo lavar un corazón. Y volverán algunos de los fijos de plantilla como Juan Mayorga, Rodrigo García o Luz Pichel. 

 

BIBLIOTECA IMPRESCINDIBLE

 

Cenizas escogidas
(Obras 1986-2009)

Rodrigo García. 24 € (512 p) ISBN: 978 84 95291 13 4

Ordenadas y seleccionadas por el propio autor reúne por primera vez las obras, hasta su primera edición algunas inéditas, que han marcado la trayectoria de uno de los autores más atrevidos e incisivos del teatro contemporáneo.

La lengua en pedazos

Juan Mayorga. 12 € (76 p) ISBN: 978 84 95291 95 0

El duelo entre Teresa de Jesús y un Inquisidor. Dice el autor: “Veo en Teresa una insurrecta, un ser a contracorriente en su tiempo y en el nuestro. Hoy, como entonces, Teresa es extraña y fascinante”.

Las vitalidades

Ángel Segovia. 13,50 € (108 p). ISBN: 978 84 18782 20 6

Debut en la novela de la poeta Ángela Segovia. Una casa con una torre alta, jardín, huertos, un bosque extenso. Alguien ha desparecido. Él. Y de pronto surge una voz que parece sonar sutil, radicalmente inocente. Si hay novelas río, también hay novelas hilo, en las que la trama pende de un hilo de voz.

Mi libro madre, mi libro monstruo

Kate Zambreno. 20 € (228 p). ISBN: 978 84 18782 11 4

(Traducción de Carlos Bueno Vera y Violeta Gil)

Escrito a lo largo de trece años, es una tierna e inquietante reflexión de la autora sobre la capacidad de la escritura, la fotografía y la memoria para abrazar las sombras cuando nos encontramos en medio de una crisis.

Un mundo propio

Graham Greene. 14 € (160 p) ISBN: 978 84 95291 31 8

(Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino)

El autor, que en la mesilla de noche tenía siempre lápiz y papel para anotar sus sueños, dedicó sus últimos días a preparar para imprenta el diario de lo que él llamaba su “mundo propio”, el catálogo de inquietudes en torno a las que vivió y construyó su literatura.

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