"Fallece el activista Yeyo Quintanilla, última llama revolucionaria de Segovia", por Carlos Álvaro

02.03.2025

"Fallece el activista Yeyo Quintanilla, última llama revolucionaria de Segovia", por Carlos Álvaro

Publicado en EL NORTE DE CASTILLA (Carlos Álvaro)

Aurelio ha estado relacionado con cuantas iniciativas sociales y culturales se han sucedido durante los últimos cincuenta años de vida local

 

Carlos Álvaro

Segovia
 
Domingo, 2 de marzo 2025
 
«Hay hombres que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles». Con estas palabras rendían homenaje los miembros del Foro Social de Segovia a Yeyo Quintanilla. Fue el pasado septiembre, en un acto sorpresa que culminaba, en el venerable iglesia laica de San Quirce, el XIX Encuentro de Escritores y Escritoras que organiza el Foro Social de Segovia, organización a la que Quintanilla estaba especialmente unido. Anoche llegó la noticia de la muerte de Aurelio Quintanilla Fisac, la última llama revolucionaria de Segovia, y la Segovia sindicalista y heterodoxa, roja y atea, llora la partida de un hombre bueno, en el sentido machadiano del término, que hizo de la defensa de muchas causas nobles su razón de vida. Quintanilla, abatido ya por los años y la mala salud, recibió aquella muestra de cariño como un tesoro de incalculable valor que ha guardado en su corazón hasta el final de sus días.
 
No es fácil trazar en unas líneas la dilatada biografía de este hombre inquieto y solidario, profundamente humanista, que ha estado relacionado con cuantas iniciativas sociales y culturales se han sucedido durante los últimos cincuenta años de vida segoviana, siempre en la lucha por alcanzar un ideal en el que verdaderamente creía: una sociedad justa, solidaria e igualitaria. Para Yeyo Quintanilla, otro mundo sí era posible, pero había que luchar por él.
 
Junto a Luis Yuguero, Quintanilla fue muchos años el alma del programa Vacaciones en Paz en favor de los niños saharauis

 
Hijo del taquillero titular del teatro Cervantes, el activismo de este maestro defensor de la escuela pública y de la enseñanza laica empezó en sus años juveniles vinculado al recordado Club Studio, fundado en 1961 por José Antonio Pérez Gallego y Asterio Llorente y semilla de la que brotó gran parte de la cultura democrática segoviana contra la dictadura franquista. También hizo Quintanilla su incursión en la política municipal, pues fue candidato a la Alcaldía de Segovia en las primeras elecciones de la nueva etapa democrática como cabeza de cartel del Movimiento Comunista (MC-OIC), organización situada a la izquierda del PCE que abogaba por una ruptura radical con el pasado. «Éramos tachados de extraparlamentarios, radicales y extremistas, pero nuestro único extremismo era luchar por una sociedad más democrática, participativa y controlada por el pueblo. Creíamos que la revolución era posible», recordaba el propio Quintanilla años después. El MC-OIC solo obtuvo 499 votos y Yeyo no pudo ser concejal de aquella primera corporación municipal que deparó un alcalde de centro, José Antonio López Arranz, pero su figura florecería con la nueva democracia al lado de todas las causas nobles, muchas veces perdidas, que surgían en el seno de la sociedad segoviana.
 
Desde aquella experiencia política fallida hasta la constitución de una plataforma segoviana contra el genocidio del pueblo palestino, Quintanilla ha estado presente en la primera línea de la lucha obrera y revolucionaria, estudiantil y pacifista, muchas veces megáfono en mano, como buen agitador de masas, lanzando soflamas contra el poder establecido y en favor de los vulnerables. Inolvidables fueron sus participaciones en las huelgas contra los gobiernos de González y Aznar, su entrega absoluta en el 'No a la Guerra', que sacó a quince mil personas a las calles de Segovia para protestar contra la invasión de Irak, o contra la LOMCE y los ajustes y recortes del Gobierno Rajoy, en esta ocasión con bríos revolucionarios reverdecidos al calor del 15-M, el movimiento de los indignados, y el nacimiento de Podemos.

Miembro de Comisiones Obreras, en 1991 fundó junto al recordado Luis Yuguero la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui. Luis y Yeyo, Yeyo y Luis fueron el alma del programa Vacaciones en Paz que tanto bien ha hecho -y sigue haciendo- a los niños y niñas de los campamentos de refugiados de Tindouf. Tampoco quedó Aurelio Quintanilla al margen del mundo sanitario. Esperó años un trasplante de riñón que acabó llegando, pero lo hizo como miembro activo y portavoz de la asociación Alcer. En las mesas informativas, se desvivía por concienciar a sus vecinos de la importancia que tenía tomarse periódicamente la tensión y prestar atención a los problemas renales.
 
Con la cultura también estuvo comprometido, desde los años del Club Studio. Era habitual verlo en San Quirce, en cualquier conferencia, curso de historia o acto cultural, en los últimos tiempos acompañado de su inseparable y querido amigo y compañero Carlos de Dueñas. La Real Academia de Historia y Arte de San Quirce premió su cercanía, cariño y colaboración con la institución nombrándole académico honorario, título que portaba con orgullo. Comprometido con la memoria histórica y democrática, era partidario de dar visibilidad a quienes sufrieron el rigor de la represión franquista. Su última incursión literaria fue la edición de 'Tormento de Castilla' (La Uña Rota, 2023), junto con De Dueñas, que rescataba el folleto en su día escrito y publicado por Alejandro de Frutos (1913-1984), el maestro de Izquierda Republicana que logró escapar vivo de un pelotón de fusilamiento junto a las tapias del cementerio de Segovia una negra noche de 1936.
 
Descanse en paz Aurelio Quintanilla, Yeyo, última llama revolucionaria de Segovia.
 

Aurelio Quintanilla y Carlos de Dueñas, con el libro publicado, en el interior de la antigua prisión provincial.

Aurelio Quintanilla (izquierda) y Carlos de Dueñas, con el libro "Tormento de Castilla" publicado por La uÑa RoTa, en el interior de la antigua prisión provincial. Óscar Costa