Una negra rabia de poesía en el pecho: "Cenizas escogidas", de Rodrigo García

03.10.2013

Una negra rabia de poesía en el pecho: "Cenizas escogidas", de Rodrigo García

Publicado en Área Esquizoide

Desde el blog de Pedro Garrido, Área esquizoide, nos llega (y agradecemos) esta reseña de Cenizas escogidas (1986-2009), del que recientemente hemos tenido el placer de publicar una segunda edición. Y precisamente cuando Rodrigo García acaba de presentar en Francia su nuevo espectáculo, Daisy, que podremos ver en el Festival de Temporada Alta, en Girona, el próximo 21 de noviembre.

Os dejamos con la reseña, y esa "negra rabia de poesía en el pecho", con la que el autor de la crítica resume el libro:

Soy de los que piensa que si alguien es un hijo de puta, hay que decirle: «Ey, eres un hijo de puta». Nada de andarse con rodeos, con eufemismos como «deberías portarte mejor y ser más considerado con los demás», o «¿es que solo piensas en ti mismo», o «¿no podrías ponerte por un momento en la piel del otro?». Nada de eso: «Eres un hijo de puta», y se acabaron las tonterías. El mensaje es claro y directo. El destinatario lo va a entender a la perfección y tú te vas a quedar más relajado.

Este es precisamente el lenguaje de Rodrigo García, un dramaturgo contemporáneo de origen argentino pero afincado en España desde hace bastantes años, cuya obra he descubierto hace poco y me parece de lo mejor que he leído en bastante tiempo. Su lenguaje es radical. No se anda con rodeos. Lo suyo no son las alegorías, sino las imágenes, que pegan derechazos y uppercuts directos al corazón, al hígado y a la sien, «palabras sucias para expresar sentimientos luminosos».

La editorial La Uña Rota ―a la que adoro― publica textos con un marcado carácter experimental y por eso no podía faltar en su catálogo Rodrigo García y sus Cenizas escogidas, un compendio de las obras teatrales seleccionadas por el propio autor y un epílogo imprescindible que consiste en una charla que dio en Francia ante gente del teatro y del gobierno francés, en la que compara la figura de los dramaturgos con la de los políticos, a los que en un momento determinado trata, no podía ser de otro modo, de hijos de puta.

Rodrigo García

El volumen incluye 23 textos cuya característica principal es la negación. Rodrigo García se abraza al dadaísmo, especialmente en sus primeras obras, y crea absurdos de una comicidad apabullante. La obra que abre el volumen, Notas de cocina, incluye algunos momentos de extraordinaria lucidez dadaísta, como el padre que emborracha a su hijo antes de llevarle al colegio; el tipo que va a un restaurante y pide la botella de vino más cara, pero se acerca al McDonald´s más cercano para comprar unas patatas fritas y comérselas en el restaurante acompañadas por el vino caro; o el que se mete en una habitación de un hotel de lujo, cambia todas los muebles de sitio, pinta las paredes de verde y llena el hotel de animales. Y ese es solo el comienzo. Los títulos de las obras no tienen desperdicio y constituyen desde ese mismo momento una advertencia para el espectador. Algunas de las que más me han gustado: Haberos quedado en casa, capullos, Todos vosotros sois unos hijos de puta, Agamenón. Volví del supermercado y le di una paliza a mi hijo, Esparcid mis cenizas en Eurodisney o Prefiero que me quite el sueño Goya a que lo haga cualquier hijo de puta.

En todas sus obras Rodrigo García mantiene ese tono dadaísta sin presentar alternativa alguna, aunque en sus últimas obras sus intereses viran también hacia la política y la creación artística donde a veces se vuelve un poco dogmático, que es lo que suele suceder cuando se tratan estas cuestiones en el arte. En general, casi todos sus textos atacan a la somnolencia en la que vive la sociedad, la falta de respuesta a los que nos esquilman y se ríen en nuestra cara, y aboga por una subversión de los valores, primar lo cercano al ser humano y prescindir de lo artificial, de la política de mercado:

«Los yogures contribuyen
al crecimiento
pero las miradas y el aire fresco, también».

Su lenguaje es acerado. No le importa decir que «se descojona», no le importa decir «te jodes», pues ahí está el núcleo de su poética, que no por ello excluye momentos de auténtico lirismo, sin necesidad de recurrir a un lenguaje recargado:

«El permiso es el último
milímetro del precipicio
Ama enloquecido
concede riendo
Segundos sagrados
nadie mira».

No he visto ninguna de sus obras de teatro, aunque tengo claro que veré lo próximo que estrene en Madrid. Su puesta en escena debe de ser complicada desde el punto de vista de la dirección, debido a la naturaleza de los textos, en los que apenas hay diálogo, y a la fragmentación del discurso, que salta de un tema a otro sin transición alguna. De hecho, como todo creador experimental que se precie, Rodrigo García tiene sus admiradores y sus detractores, especialmente por la mencionada puesta en escena, que suele ser provocadora, pues emplea animales vivos a los que se cocina en directo, chorros de sangre que pueden salpicar a las primeras filas y sus textos están plagados de perros maltratados.

versus

Su teatro intenta llamar la atención sobre los problemas del sistema, pero asume que el teatro no tiene capacidad para cambiar nada, y llama ingenuos a los que creen lo contrario. En su obra Borges, dice que, cuando le propone el título para una obra, su madre se ríe, «y en su risa comprendo toda su frustración, sé que en el fondo está de acuerdo conmigo, que me autoriza a ser el portavoz de una generación de perdedores follados por el culo». Aun así muchos de sus textos no parecen dramáticos, sino una mera exposición a modo de manifiesto, una rabieta de un niño inteligente que vomita letras en unas cuartillas.

Festejemos la existencia de Rodrigo García y su capacidad para emocionarnos y adentrarnos al mismo tiempo en las puntadas mal dadas de una sociedad que se resquebraja con paso firme.

cenizas escogidasTítulo: Cenizas escogidas
Autor: Rodrigo García
Editorial: La Uña Rota
Páginas: 510
Precio: 24 eur (tapa blanda)

Foto de Christian Berthelot del montaje de la obra Versus tomada de La Ratonera.

Fuente: Área Esquizoide