«Goldsmith coloca en un contacto a la vez orgánico y atroz al cuerpo y el lenguaje», Cristina Rivera Garza (El País)

03.03.2014

«Goldsmith coloca en un contacto a la vez orgánico y atroz al cuerpo y el lenguaje», Cristina Rivera Garza (El País)

Publicado en El País, por Cristina Rivera Garza

La prestigiosa ensayista y narradora Cristina Rivera Garza (México, 1964) acaba de publicar una reseña de Inquieto en el blog «Los Papeles Perdidos» de El País, en el que, además, relaciona la obra y la poética de Goldsmith con la de otros escritores actuales, como Fernández Mallo, Fernández PortaPablo Katchadjian y las estadounidenses Caroline Bergvall Julie Carr

Rivera Garza es doctora en Historia Latinoamericana. Su obra (novelas, cuentos, estudios) publicada en su mayor parte en la editorial Tusquets, le ha valido algunos de los galardones más prestigiosos de México. Actualmente es profesora de Escritura Creativa en el Departamento de Literatura de Universidad de California en San Diego. Desde aquí, recomendamos su ensayo Los muertos indóciles: necroescrituras y desapropiación (Tusquets México, 2013), donde traza una geografía de las posibilidades estéticas, éticas y políticas de la escritura hoy día, como por ejemplo, la frontera cada vez más difusa entre plagio y creación. Su blog, que invitamos a seguir, se llama No hay tal lugar.

GOLDSMITH Y AMIGOS, INQUIETANTEMENTE

EL PAÍS 01/03/2014. 

Por CRISTINA RIVERA-GARZA

La editorial española La Uña Rota acaba de publicar en enero de este año una traducción al español (la primera de un libro completo, si la red no me engaña) del poeta conceptualista norteamericano Kenneth Goldsmith. Se trata del experimento visual y sonoro que, gracias a la labor del traductor Carlos Bueno Vera, se titula ahora Inquieto. [Todos los movimientos que hizo el cuerpo de Kenneth Goldsmith el 16 de junio de 1997]. Aquí se encuentra registrado, en efecto, todo lo queGoldsmith dijo que su cuerpo hizo durante un día entero: el famoso 16 de junio de raigambre joyceana. En una prosa austera, meramente denotativa, casi forense (como bien anota en su prólogo Esteban Pujals), Goldsmith coloca en un contacto a la vez orgánico y atroz al cuerpo y el lenguaje. Desde la lengua que “abandona el interior de la boca pasando por los dientes” hasta ese vientre que “evacúa. Empuja. Empuja. Hilo de orina”, cada mínima acción se vuelve enigmática observada así con la lupa de los sustantivos y los verbos, y despojada de la interpretación resumida y lejana de los grandes conceptos.

Fundador de UbuWeb, uno de los más extensos archivos de arte de vanguardia en internet (al cual se puede acceder de manera gratuita, para colmo de bienes) y profesor en la Universidad de Pennsylvania, Goldsmith ha dado mucho de que hablar en los últimos años debido a su crítica acérrima contra el concepto de originalidad y su uso constante de estrategias de apropiación literal para hacer libros que nadie en su sano juicio leería, pero de los que nadie, igualmente en su sano juicio, debería perderse.

En su bibliografía resaltan textos de su autoría personal como Day, la transcripción literal de un día de noticias en el New York Times que fue publicada en forma de libro en 2003, o como Uncreative WritingManaging Language in the Digital Era, el libro de ensayos que igual discute sus ideas de una estética citacionista como comparte las estrategias didácticas que utiliza en su salón de clase. En su lista de co-autorías, por otra parte, tiene un lugar preponderante Against Expression, una antología de poesía conceptual que llevó a cabo con Craig Dworkin, y que es sin lugar a dudas uno de los dos libros que todo lector debe leer si quiere enterarse de lo que está sucediendo en este rubro en los Estados Unidos. El otro libro de lectura necesaria es, sin duda, I´ll drown my book, Conceptual Writing by Women, editado por Bergvall, Browne, Carmody y Place, y publicado en 2013 por Les Figues Press.

Pocas traducciones al español ponen en claro, y de manera por demás inquietante, lo que hay en común en las estrategias utilizadas por una plétora de escritores en lengua española en nuestro momento digital. Como lo he anotado en otros sitios, preocupaciones y sospechas similares respecto al lenguaje, y respecto a los retos y puertas que abre la tecnología digital, han llevado a escritores tanto peninsulares como latinoamericanos a reflexionar acerca de y experimentar con acciones apropiativas, tales como el Homo Sampler de Fernández Porta, el Remake de Fernández Mallo, o el Aleph engordado de Pablo Katchadjian. Tal vez la publicación de Inquieto, y la discusión que circunda y da sentido al trabajo experimental del conceptualismo norteamericano hoy, pueda contribuir a generar una discusión sobre apropiación literaria más allá de los cotos de la propiedad (tanto económica como moral). Acaso entonces se pueda leer de manera más rica a todo una legión de escritores que, como Hugo García Manríquez desde Berkeley, o Sara Uribe, desde el norte de México, copian y pegan pedazos de lenguaje público (el de los grandes tratados de comercio, en el primer caso; y el de las víctimas de la guerra contra el narco, en el segundo) para generar inquietudes estéticas y políticas de absoluta relevancia.

Igualmente, para poder extender de manera crítica este diálogo sobre las prácticas del conceptualismo de hoy, habrá que ir más allá de las figuras más mediáticas, como es el caso del mismo Goldsmith, y llevar a cabo traducciones de los trabajos recientes de esos otros poetas para quienes la exploración conceptualista va ligada orgánicamente a preocupaciones por y acerca de las comunidades donde se genera el lenguaje en proceso de re-apropiación. Vale la pena mencionar aquí y ahora el trabajo del poeta Mark Nowak con testimonios de trabajadores de minas, tanto en Estados Unidos como en China, y la yuxtaposición con manuales de gramática y otras lecciones escolares que generan tensiones inquietantes en el sustrato mismo de Coal Mountain Elementary. Un caso también relevante es el de la novelista y poeta Bhanu Kapil, cuyo uso indistinto y estratégico del verso y del párrafo en Humanimal consigue  interrogar de manera punzante la condición feral de las dos niñas lobo encontradas en Bengal en 1921. Lo mismo vale para autores imprescindibles y pensadores de riesgo como Juliana Sphar, Caroline Bergvall o Julie Carr.

Lo que empieza de manera inquietante, sólo puede continuar inquietantemente. En efecto.

* Cristina Rivera-Garza, su último libro es El mal de la taiga

En Facebook

@criveragarza (en twitter)

Cristina Rivera-Garza (en facebook)

 

Imagen: La pizarra de Kenneth Goldsmith.