Feliz año

365 días / 365 diaristas

Este diario de diarios narra con entradas de 365 diarios distintos, uno por día, todo un año. En conjunto puede leerse como una novela (social, política, de intriga...).

Este diario de diarios no pretende ser un canon, una antología ni una compilación. Más bien, lo que el contenido de este libro despliega es una ilación de textos con voluntad de conformar una narración por medio de entradas de diarios, día tras día, a lo largo de un año completo (en este caso, bisiesto), escritas cada una de ellas por personas distintas en cualquier idioma, época y lugar, inéditas o publicadas, con la sola condición de que en dicha entrada conste la fecha.

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Escribir un diario consiste en trazar una línea que va desde el dedo del pie hasta el occipucio. Día río, nunca mejor. El diario es un campo al que resulta difícil poner puertas, no las admite. Carece de argumento. Forma indomable donde las haya, se permite incorporarlo todo: lo banal y lo extraordinario, lo personal y lo histórico. No necesariamente hay que hacerlo todos los días. Un diarista será siempre un infiltrado de la literatura en la vida. La literatura es la vida y viceversa. Un espía dispuesto a cobrar venganza en un futuro. Lo que pretende es traspasar sus experiencias ‒reales o imaginarias‒ a esa especie de personaje velado en que se desdobla a través de lo que escribe. Escribir un diario es jugar con el tiempo y la memoria. Es un borrador donde nada se borra. Es un libro libre. Un lugar de resistencia íntima, el refugio de la identidad rajada. Meditación del cero sobre sí mismo. Escribir desde el yo es desamparo y búsqueda, también obscenidad política. ¿Es un diario un texto para ser publicado? Nadie que lleve un diario ha renunciado a que pueda ser leído alguna vez por otro. Pocos géneros son tan cuestionados como el diario. Sufre la misma condescendencia, el mismo desdén que sufre la intimidad. Irrupción violenta de la vida cotidiana en la plaza pública. Escribir, soñar, parirse. Di tus cosas más personales, dilas, es lo único que importa, no te avergüences, las generales están en el periódico. Si toda la literatura es una declaración de amor, los diarios son una desesperada declaración de amor.

[Cóctel de frases y reflexiones sobre la escritura de un diario personal de (por orden alfabético): Amiel, José Manuel Caballero Bonald, Elias Canetti, Hélène Cixous, Esteban Feune de Colombi, Teo Hernández, Álvaro Luque Amo, Gonzalo Maier, Begoña Méndez, Luis Javier Moreno, Carlos Edmundo de Ory, Alan Pauls, Alejandra Pizarnik, Andrés Trapiello, Marta Sanz, Beatriz Sarlo y David Wojnarowicz].

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NOTA A ESTA EDICIÓN

Las entradas de este diario aparecen sin autoría, fecha ni bibliografía. Si gustan, las referencias de cada texto se pueden consultar, día por día, al final del libro. Se ofrece así el día, título de la obra de procedencia ‒salvo que sea inédito‒, año en que se escribió la entrada ‒cuando consta‒, editorial, ciudad, su año de edición y, si lo hubiera, responsable de la traducción. A modo de curiosidad, adelantamos que la entrada más antigua es de 1492 y la más nueva, de 3013. Entre esos quince siglos de diferencia, la mayor parte de las entradas están escritas en el siglo xx, siglo en que, a raíz de la publicación en 1884 de los diarios de Amiel (1821-1881), aumentó considerablemente la publicación de este género. 

Hemos acogido entradas de cualquier época, idioma y persona, estén o no publicadas. Las hay de un genio, de una actriz, de un cineasta, de una guardavidas, de un expresidente, de una monja, de un roquero, de una niña, de un bailarín, de una psicoanalista, de un clérigo, de una monarca, de un naturalista, de una física, de un rey, de una psicoanalista, de un actor shakespeariano, de una hija ilegítima, de un pintor de cámara, de una fotógrafa, de un líder espiritual, de una alpinista, de un navegante y, desde luego, de novelistas, poetas, ensayistas, artistas, etc.

Como en todo ejercicio formal literario, nos impusimos principalmente dos restricciones o contraintes. 1: cada día, un diarista distinto, de modo que no se repetirá ningún diario a lo largo de las 365 jornadas del año; y 2: la entrada ha de indicar día y mes (no obligatoriamente el año) en que fue redactada. Si bien cabe señalar que la propia dinámica impuso en el proceso unas pocas excepciones, como que hay una entrada «bisiesta», hay una fecha con doble entrada, hay un mismo diario que proveyó un par de entradas (una de la mujer, otra del marido) y hay una misma entrada idéntica en dos de los días. De resultas de lo cual, este diario contiene 366 días y 366 diaristas, desmintiendo así irremediablemente el subtítulo del libro. Qué le vamos a hacer si, por lo general, la naturaleza de un diario es así de incoherente e indómita.

Ni son todos los que están, ni están todos los que son. Lejos de establecer una antología, Esteban Feune de Colombi ha narrado, con entradas de distintos diarios, un (¿feliz?) año.

La uÑa RoTa

 

 

 

 

 

20,00 €
Páginas: 352
ISBN: 978-84-18782-65-7
Marzo 2025

Esteban Feune de Colombi

Creador multidisciplinar de artefactos.

Javier Tortosa

"Nuestro deber es experimentar". Así lo dijo Rodchenko y esta fué la sencilla razón por la que este joven valenciano empezó a soñar que quería ser diseñador.