Si, como escribió Balzac, los sucesos principales en la vida de un escritor son sus obras, no hay duda de que cada uno de sus libros sería una minuciosa guía de cada uno de los acontecimientos más notables de la biografía del autor. Con todo, cabría añadir que Juan Mayorga, nacido en Madrid en 1965, es licenciado en Matemáticas y es doctor en Filosofía.
Acaso su obra se nutra precisamente de ambas materias («un matemático –nos dice– es alguien que reconoce la afinidad entre formas; y la filosofía es el asombro radical, la interrogación sobre uno mismo»). No en vano, en su tesis doctoral, publicada por Anthropos en 2003 bajo el título de Revolución conservadora y conservación revolucionaria, estudió la obra de Walter Benjamin.
Asimismo ha adaptado para la escena textos de Dürrenmatt, Calderón, Dostoievski, Valle-Inclán, Ibsen, Shakespeare o Eurípides… Huellas que, de alguna manera, forman parte de su poética, pues, en su opinión, «tener una relación íntima con textos mayores te permite entrar en la cocina de los grandes y uno espera que algo se le pegue de todo eso».
Su teatro, traducido a una treintena de idiomas, ha obtenido numerosos premios –«hacen que te sientas más responsable, no deberían hacerte más conservador»– como el Ojo Crítico, el Valle-Inclán, los Premio Nacionales de Teatro en 2007 y el de Literatura Dramática en 2013 por La lengua en pedazos, con la que debuta como director de escena con su compañía La Loca de la Casa.
Es dibujante. La ciudad de Madrid lo vio nacer en 1981 y desde entonces se ha estado moviendo, perdiéndose y encontrándose por ella sin abandonarla. Desde niño se comunica mejor con un lapicero que hablando, de ahí que haya publicado una docena de libros ilustrados. Los tres últimos, hasta la fecha, son: Materia dispersa, Equivocablo y El elefante ha ocupado la catedral, de Juan Mayorga.
Su web: www.danielmonterogalan.com